22 abr 2009

Islandia: géiseres, bacalao, auroras boreales, cerveza sin alcohol y cristales rotos (II)

Nuevamente pongo un post sobre Islandia. A la espera de hacer un análisis detallado de la crisis económica que estalló en esa isla a finales del año 2008. Tengo unos días ocupadísimos preparando los exámenes finales para mis estudiantes aquí en Lituania. Sin embargo, procuro mantener el blog updated porque, de alguna manera, me ayuda a reflexionar un poco sobre el entorno que me rodea. Es una especie de confesor que está ahí enfrente mío. Esperando a escuchar lo que le tenga que decir. Algunos amigos que siguen el blog me comentan que debería incluir datos de carácter demográfico y estadístico. Creen que si incorporo información de este tipo mi blog podría resultar de mayor utilidad. Probablemente tengan razón. Sin embargo este es un blog personal. Que se basa en experiencias personales. En intuiciones. En ideas que me vienen mientras lo escribo siempre acompañado, como lo estoy ahora, de una sabrosa y poderosa cerveza lituana. La mejor cerveza del mundo.

Y hablando de cerveza debo decir que en Islandia, que es un país luterano, la cerveza estuvo prohibida hasta el año 1986. Y bueno, tras el levantamiento de la prohición la verdad es que no mejoraron muchos las cosas pues la cerveza en Islandia no puede tener una graduación superior a 2.25 grados. Sólo en las licorerías y en bares autorizados se puede vender cerveza de superior graduación. La marca más popular en la isla es la cerveza Víking, como no podía ser menos, y está elaborada en Akureyri. Si se quiere comprar cerveza de mayor graduación se debe ir a las licorerías que cierran a las 4 de la tarde. Los supermercados cierran a las 6 de la tarde pero sólo pueden vender cerveza de hasta 2.25 grados de alcohol . O sea que en Islandia los beodos, entre los que me incluyo, lo tenemos difícil. Los pobres estudiantes lituanos que me acompañaban, junto a dos estudiantes finlandesas, lo tenían bien claro. Antes de las seis de la tarde corrían hacia el supermercado más cercano, que invariablemente pertenecía a la cadena Bonus. Y allí acaparaban con todo lo que podían. La cadena de supermercados BONUS, con un inconfundible cerdito rosado y guasón de logotipo, constituye el mayor negocio de distribución del país. Según me contó el profesor de la Universidad de Akureyri que participaba en el encuentro, esa cadena ocupa una posición casi monopolística en el mercado de la distribución. Vendría a ser una especie de MAXIMA islandés. MAXIMA, recordémoslo aquí, es la mayor cadena de distribución en Lituania y ocupa una posición prominente también es Letonia y Estonia y continúa expandiéndose por otros países del Este. Y recientemente se ha hecho con los derechos de explotación de la nueva central atómica que se está construyendo en Ignalina. No muy lejos de Kaunas.

Y vuelvo a la cerveza y al luteranismo que es la religión oficial de Islandia, donde la Iglesia no está separada del Estado. No es que tenga ningún tipo de prejuicio contra el luteranismo. Pero pienso que en los países de cultura luterana se persiguen los vicios sencillos como fumar, beber o bailar en la calle. Y se fomentan, cuando no se convierten en virtud, los vicios sociales más abyectos como la usura, la especulación, el nepotismo , el turismo sexual en Thailandia y la corrupción de quienes ocupan cargos públicos. No quiero decir con ello que en los países de influencia católica no se haga lo mismo. Pero al menos, en general, creo que el catolicismo es actualmente más tolerante en cuanto a los vicios privados de la gente. Y si lo pensamos bien toda la campaña contra el tabaco, el alcohol y la diversión ha sido promovida desde países dominados por el luteranismo, el calvinismo y otras doctrinas religiosas que responden mejor a las exigencias del libre mercado. Pongo en este post una foto de una lata de cerveza
Viking. La de color dorado, en primer plano, la compré en una licorería. Tenía 4,5 grados de alcohol y no sabía a nada. La que está al fondo, de color azul, supongo que la compraría en el supermercado Bonus próximo al hotel donde nos alojábamos.Era la cerveza estándar. Te la encontrabas por todos lados. El precio de una de esas latas era de unas 180 coronas (poco más de un euro según el cambio de entonces) si se adquiría en el supermercado. En un bar o restaurante llegaba a costar entre 500 y 800 coronas. Una cerveza sin sabor, sin alcohol, sin olor...en fin, una mierda. No sé quién pintó a los vikingos bebiendo cerveza en un cuerno de vaca o de carnero. Tal vez fuera así en los tiempos del terrible Eirik el Rojo. Y también en los dibujos animados de Vicky el vinkingo. Su padre se llamaba Olaf si mal no recuerdo. Y siempre andaba bebiendo cerveza y dándole mamporros a todo el mundo. Vicky no bebía porque era muy niño todavía. O porque quizás era luterano. No sé.

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