30 mar 2009

Ya era hora

Bueno, al fin me he decido a tirar para adelante este pequeño proyecto. Lo hago después de dos años viviendo en Kaunas, la capital espiritual de Lituania. No pretendo sentar cátedra sobre lo que sucede en estos países. Ni tampoco quiero agobiar a quien pueda leer estas cartas con datos que cualquiera puede obtener navegando por la red. No tengo pretensiones de ningún tipo. Quiero reflejar en este blog la realidad que me rodea. Mis intuiciones, mis ideas, mi personal punto de vista sobre lo que ocurre al otro lado de lo que estaba no hace mucho tiempo tras el muro. Quizás pueda resultar de interés para alguien. Al menos creo que mi madre y algún que otro amigo seguirán este blog con cierto entusiasmo. Sinceramente creo que puede resultar útil para todos aquellos que quieran conocer lo que esta ocurriendo en esta parte del mundo.

Gracias a mi trabajo como profesor me muevo con cierta frecuencia por los tres países bálticos. Conozco bien la realidad de todos estos países. Llevo pateándome esta zona desde el año 2001. La primera vez que estuve en esta región de Europa estaba nevando. Fue un mes de febrero del año 2001 y estaba en Riga, la capital de Latvia. El nombre de Letonia no me gusta porque me recuerda una conocida marca de leche que, en España, se distribuye en botella de vidrio en el sector HORECA. Desde entonces ha llovido -y sobre todo nevado- muchísimo. De alguna manera voy a intentar recuperar el tiempo perdido.

Este blog de hecho contendrá imágenes y reproducirá situaciones que provienen de mi pasado. Se trata de un vano ejercicio por recuperar el pasado perdido. Por retenerlo en la memoria. También, claro está, incorporará elementos que proceden de mi realidad cotidiana. Del presente más inmediato.
Estuve en Riga y me enamoré en Riga. También lo hice en Estonia. Y finalmente me vine a Lituania también por motivos personales. Me vine por amor. Mi vida esta marcada por mis amores. Y por mis desamores. Me parece que hay un bolero que habla sobre eso. Llegué aquí hace ya casi dos años. En mayo de 2007. Desde entonces me han pasado muchas cosas. Muchas buenas. Algunas malas. Vine aquí también porque no me gustaba el entorno que me rodeaba. Y he llegado a la conclusión de que el entorno tiene una influencia dramática sobre el desarrollo de nuestra propia existencia. Lituania me ha abierto nuevas oportunidades. Ha sido una puerta a mi mismo. Me ha ayudado a conocer mejor mis propias potencialidades. A desarrollar habilidades que tenía aplastadas, reprimidas por el entorno donde hasta entonces venía sobreviviendo. En mi ciudad todo eran obstáculos. Todo eran noes. Amigos que acababan dándote la puñalada. Politicuchos corruptos practicantes de un nepotismo desilustrado que te trataban con arrogancia. Competencia feroz por alcanzar objetivos mediocres. Y una infelicidad total que acabó degenerando en un linfoma de Hodgkins. Recuerdo el calor, ese sol ofensivo que caía sobre mi cabeza. El olor de los pinos y el sonido de las chicharras. Era agosto y salía de mi sesión de quimioterapia semanal. Y volvía envenenado caminando a la casa de mi madre. En el extrarradio de una insignificante ciudad de la segunda o tercera corona de Barcelona. Fue entonces cuando decidí escapar de ese entorno. Y tuve la fortuna de encontrarme en el camino a mi actual compañera y de descubrir la República de Uzupis que me tiene asilado. Desde entonces las cosas me van mucho mejor. Y la verdad, no hecho nada de menos. Y sólo ruego al Creador que no me haga volver nunca más a mi suelo patrio. Es una cuestión de supervivencia.

Esta es mi primera carta desde el Este....desde el Este con amor. Supongo que volveré nuevamente sobre este escrito. Para rehacerlo. Para mejorarlo. Para cambiar palabras y buscar la perfección en lo que escribo. Espero que mi tendencia al perfeccionismo no acabe por paralizarme. Hace poco tuve un problema con mi ordenador. Es un lap top de segunda mano que compre en un Cash Converters de Barcelona. Aquí, por lo que pagué por este lap top, me podría haber comprado uno nuevo. Mi amigo Mantas, que es una especie de cyber-punk, me ha reinstalado el Windows XP, pero en su versión Dark Edition. Todavía no he conseguido entender cómo recolocar los símbolos gráficos del teclado.

En fin, me prometo a mi mismo escribir sobre mis experiencias en esta zona del mundo. Incluiré también datos interesantes sobre la realidad que me circunda. Y lo haré desde el respeto que me merece esta gente que me ha acogido. De hecho, si me he decidido a tirar para adelante este proyecto, es como respuesta a ciertos blogs que mantienen algunos compatriotas míos. Personas que han venido por aquí por distintos motivos. La mayoría de estas gentes no tienen la intención de quedarse a vivir aquí. Son gentes que están de pasada. Turistas de Politours o Viajes Marsans, mochileros sin un real, aventureros de distinto tipo, o estudiantes Erasmus -estos son los peores-con demasiado tiempo libre, muchas fiestas por delante y problemas de sobredimensionamiento del ego y de la entrepierna. A todos ellos les pido desde ahora que sean humildes. Que no se crean el centro del mundo. Les digo también que España es un país más. Que España no es el ombligo del mundo. Que aprendan a respetar la cultura que les tiene acogidos. O sino, como dice un amigo mexicano que también vive en Lituania, mejor que se vayan a la verga y dejen de joder. No quiero volver a España aunque de lo único que puedo estar seguro es que acabaré mis días como todos vosotros. Con un palmo de tierra sobre mi cadáver. Ahí queda eso. Esta es mi primera carta. Y me ha salido más larga de lo que tenía previsto.